En un pedido de libertado condicional, Marcos Córdoba admitió tener la «responsabilidad» pero se justificó asegurando que «no lo hice a propósito, nunca imaginé que algo así iba a ocurrir».

La defensa del maquinista que conducía la formación del tren Sarmiento en la denominada «Tragedia de Once», Marcos Córdoba, condenado a tres años y tres meses de prisión, confesó ayer que anuló el dispositivo de freno provocando el siniestro que causó la muerte de 51 personas.

En un escrito que la defensa de Córdoba, a cargo de la abogada Valeria Corbacho, presentó el viernes pasado solicitando el beneficio de la libertad condicional, Córdoba admitió: «No sé si es justo o no, yo tengo responsabilidad, anulé el dispositivo, pero no lo hice a propósito, nunca imaginé que algo así podía ocurrir».

«Me cargaron culpas de otras personas…también son responsables los empresarios que no habían hecho las inversiones», continuó el maquinista.

Pese a la confesión, la anulación del «freno del hombre muerto» ya había sido contemplada en la sentencia condenatoria dictada por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2, el cual concluyó que «Marcos Córdoba violó las reglas de buena conducción ferroviaria (…) al superar los límites de velocidad máxima establecidos para el recorrido e ingreso a la estación terminal, al disponer la anulación del freno de emergencia conocido como ´de hombre muerto, y al aplicar en forma tardía -y sin los recaudos que ameritaba- un sistema de detención que se presentaba con el fenómeno de ´freno largo´”.

Asimismo, el tribunal remarcó que la tragedia no fue solo por la falta de pericia del conductor sino también por la falta de mantenimiento de los trenes y del sistema ferroviario.

El hecho ocurrió el 22 de febrero de 2012, dejando un saldo de 51 fallecidos y más de 700 heridos.