La ex subdirectora de la AFI declaró ante el juez Auge que los hechos que se le imputan habrían sucedido en el marco de una investigación de la que participó la fiscal, por lo que pidió su apartamiento.

La ex subdirectora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Silvia Majdalani, negó ayer las imputaciones en su contra en el marco de la causa en la que se investigan presuntas maniobras de espionaje ilegal sobre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el Instituto Patria, durante 2018.

Al declarar ante juez Juan Pablo Auge, la ex funcionaria negó haber participado de maniobras de inteligencia ilegal y solicitó el apartamiento de la fiscal Cecilia Incardona por «temor de parcialidad».

En este sentido, la ex funcionaria durante el gobierno de Mauricio Macri, argumentó que los presuntos hechos de espionaje ilegal habrían ocurrido en el marco de una investigación de la que la fiscal participó y no los habría denunciado en su momento.

Según fuentes judiciales, Majdalani reconoció la presencia de autos de la AFI frente a inmuebles que frecuentaba Cristina  pero alegó que los mismos fueron dispuestos en el marco de «un expediente judicial en el que se investigaban posibles atentados terroristas en la Argentina».

Sin embargo, según la investigación de los fiscales la causa por supuestos atentados terroristas en la Argentina en el marco de la cumbre del G20, celebrada en Buenos Aires en 2018, sirvió de pantalla para que se despegaran las maniobras de espionaje ilegal.

Cabe recordar que al citar a indagatoria a Majdalani y al ex titular de la AFI, Gustavo Arribas, el juez Auge consideró que ambos habrían tenido responsabilidad en el espionaje ilegal que hicieron ex agentes, entre ellos Alan Ruiz, mediante «vigilancias, observaciones», almacenamiento de datos, generación de informes sobre personas «por el solo hecho de su pertenencia político partidario, social, sindical y/o cultural».

Por este motivo, Ruiz fue procesado sin prisión preventiva y con prohibición de salir del país, al ser señalado como el jefe operativo de la banda que realizó las tareas de espionaje bajo el falso argumento de que ambos domicilios eran eventuales blancos de ataques terroristas.

Según la investigación, Ruiz habría instruido al grupo de espías que realizaba las «tareas de calle» para que vigile e informe si de ambas direcciones se sacaban o ingresaban «bolsos».

En tanto, Majdalani está acusada por su presunto «vínculo directo» con Ruiz, dado que varios de los ex espías investigados y varios testigos de identidad reservada coincidieron en que entre ellos no había intermediarios y el entones jefe de operaciones especiales recibía órdenes directas de la subdirectora de la central de espías a quien, además, reportaba adelantos de la inteligencia producida.

De esta forma, la exfuncionaria habría tenido «conocimiento actualizado y periódico sobre los avances de esos espionajes ilegales nutridos de los resultados de las vigilancias y observaciones».

Respecto a Ruiz, Majdalani declaró que «ocupaba un rango muy por debajo del suyo y, por lo tanto, fuera de su control».