La fiscal Zamboni solicitó que vayan a juicio los ocho rugbiers acusados de matar al joven en enero pasado, Villa Gesell.

La titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Villa Gesell, Verónica Zamboni, solicitó ayer al juez de Garantías David Mancinelli, la elevación a juicio de la causa que se le sigue a los ocho rugbiers que asesinaron a golpes a Fernando Báez Sosa, a la salida de un boliche de la ciudad de Villa Gesell en enero pasado.

El pedido fue presentado un día antes de que venciera el plazo para finalizar la investigación y al cumplirse diez meses del crimen.

En su requerimiento, Zamboni solicitó que los ocho imputados, que cumplen prisión preventiva  en la Alcaidía 3 del penal de Melchor Romero, en La Plata, sean juzgados como coautores del delito de «homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas», que contempla como pena la prisión perpetua.

Se trata de Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (19), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (21), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21), imputados además por «lesiones leves» causadas a seis amigos de Fernando.

La fiscal pidió además que los dos rugbiers que se encuentran imputados sin prisión preventiva como «partícipes necesarios» del crimen, Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19), sean sobreseídos.
Asimismo, la fiscal estableció que otro joven mencionado en la causa, identificado como Tomás Colazzo, «no tuvo participación en el hecho».

Según la investigación, el crimen de Fernando se produjo «entre las 4.41 y las 5» del 18 de enero último, en Avenida 3 y Paseo 102, pleno centro de Gesell, frente al boliche Le Brique.

Para la fiscal, los ocho detenidos «acordaron darle muerte» a Fernando, y para ello «previamente, distribuyeron funcionalmente sus roles», luego de que «minutos antes, al encontrarse en el interior del local bailable, tuvieran un altercado con la víctima, quien se encontraba acompañado con su grupo de amigos».

«Aprovechándose del estado de indefensión de la víctima, con el fin de darle muerte y cumplir con el plan acordado, le propinaron» en el suelo «varias patadas en su rostro y cabeza», y los golpes le produjeron «lesiones corporales internas y externas, las cuales provocaron su deceso en forma casi inmediata, al causarle un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo grave de cráneo».

Tras cometer el crimen, los rugbiers «se dieron a la fuga del lugar, pretendiendo lograr su impunidad, habiendo sido aprehendidos por personal policial en las inmediaciones del lugar de los hechos».

Para demostrar su hipótesis, la fiscal presentó filmaciones del boliche, de cámaras municipales y de comercios cercanos, decenas de declaraciones testimoniales y ruedas de reconocimiento.

Además, citó los mensajes intercambiados tras el ataque por los rugbiers, a través del grupo de WhatsApp «los delboca3», en el cual Lucas Pertossi escribió a las 4.55: «Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia… caduco».

Para la fiscal, en ese momento, «la totalidad de los imputados» tenía «plena conciencia y conocimiento de que había causado la muerte de Fernando, pese a lo cual, todos ellos huyeron del lugar, y se escondieron».

A las 6.03, Ciro Pertossi advirtió: «Chicos no se cuenta nada de esto a nadie», lo que demuestra, según Zamboni, que se realizó «un planteo o pacto para guardar silencio entre ellos mismos sobre lo sucedido; corroborando ello la participación de todos en el hecho, como así también la total premeditación».

Además, Lucas Pertossi incorporó un video en el que «se ve cuando la víctima cae al piso, por haber recibido un fuerte golpe».

Por otra parte, los resultados de los cotejos de ADN  determinaron el hallazgo de sangre de Fernando en la camisa de Benicelli, y material genético compatible con Cinalli en la uña del dedo meñique de la víctima, lo que «denota que al defenderse durante la agresión lastimó» a ese imputado.

La fiscal también se refirió la fiscal a la pericia escopométrica que estableció que una huella identificada durante la autopsia en el rostro del joven asesinado correspondía con la impronta del calzado secuestrado a Thomsen.

En ese sentido, Zamboni indicó que «existen sendos testimonios y reconocimientos en rueda de personas de los que surge que el imputado Thomsen, reconocido por sus características físicas y vestimentas, al menos sería uno de los sujetos que resultó agresor directo de Fernando, siendo que le pegó al menos una fuerte patada en el rostro a la víctima, incluso ya tendido en el suelo».