Según la autopsia Esther y Sara Castro, recibieron fuertes golpes en la cabeza. Una de las mujeres tenía un orificio de bala en el maxilar y ambas heridas de arma blanca, pero éstas no habrían sido mortales.

Esther (41) y Sara Castro (39) murieron por traumatismo de cráneos a raíz de fuertes golpes en las cabezas, según los resultados de las autopsias realizadas a los cuerpos de las hermanas asesinadas y enterradas en un pozo de 60 metros en una vivienda de barrio Autódromo.

Las pericias confiaron que una de las víctimas tenía un orificio de bala en el maxilar y ambas tenían heridas de arma blanca, aunque no habrían sido mortales. Además, los cuerpos presentaban lesiones compatibles con intentos de defensa.

Por el hecho están detenidos dos hijos de Esther, Ismael (20) y Esteban Castro (24).

Cabe recordar que a principios de octubre fueron encontraron los cuerpos de Esther y Sara a casi 60 metros de profundidad en un pozo de agua de una vivienda ubicada en la calle Oscar Cabalén al 6.600.

La investigación se inició días antes del hallazgo, cuando los imputados fueron interceptados por personal policial mientras caminaban por la ruta de la Altas Cumbres acompañados de cuatro menores de edad. En ese grupo había un bebé de un año, dos niños de 6 y 12; y una adolescente de 17 también detenida en esta causa por el delito de «encubrimiento agravado».

En ese contexto, el menor de los Castro confesó que junto al otro joven había asesinado a su mamá y a su tía y que habían enterrado los cuerpos.

Los acusados fueron imputados por el delito de ‘homicidio calificado y homicidio simple en concurso real’.