El presidente brindó su primer discurso ante la ONU, donde reclamó que la vacuna que se produzca sea accesible a todas las naciones de una manera equitativa.

El presidente Alberto Fernández brindó ayer su primer discurso como mandatario ante la 75 Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que repasó la situación del país y del mundo ante la pandemia del coronavirus y las reestructuraciones de las deudas externas, entre otros temas.

Al iniciar su discurso, el mandatario hizo «un llamamiento al mundo entero para recrear un multilateralismo basado en nuestra solidaridad» y remarcó que «no es tiempo de globalizar la indiferencia sino de globalizar la solidaridad en múltiples dimensiones».

«Esta pandemia nos ha revelado frágiles y ha recreado la necesidad de construir puentes entre personas, entre naciones y entre regiones», dijo a la vez que pidió que «la vacuna que se produzca para prevenir la enfermedad tiene que ser un bien público global accesible a todas las naciones de una manera equitativa».

En este sentido, el Jefe de Estado señaló que «si estamos uniendo esfuerzos de médicos, investigadores, inversionistas y sistemas científicos de todo el planeta para descubrir una vacuna que prevenga el Covid-19, tenemos que ser capaces de soñar y construir una vacuna contra la injusticia social, la depredación ambiental, la discriminación en todas sus formas».

«El equilibrio es restablecer las prioridades del sistema multilateral, empezando por los últimos para llegar a todos”, dijo y cuestionó que «más del 60% de los pobres habitan en países de renta media. Si no atendemos a estos países, en forma solidaria, y entendiendo que el verdadero progreso se construye “con todos adentro”».

Y remarcó: «El camino de salida de la pandemia y hacia los objetivos de la Agenda 2030, requiere promover políticas económicas, industriales y sociales orientadas al cambio estructural de nuestras economías».

En otro tramo de su discurso, Fernández sostuvo que «en este tormentoso contexto global, el endeudamiento externo tóxico e irresponsable con fines especulativos constituye otra ola de atraso y subdesarrollo».

Y recordó que «Argentina logró sellar un importante acuerdo con casi la totalidad de sus acreedores externos privados, convirtiéndose en uno de los primeros países en enfrentar el desafío de afrontar una reestructuración de deuda en el marco de la pandemia».

«Las negociaciones con el FMI se encararán de la misma manera, de forma responsable, siendo respetuosos de los compromisos contraídos, evitando al mismo tiempo poner en riesgo las condiciones que permitan la reactivación económica y la construcción de un sendero de desarrollo inclusivo y sostenible», anticipó el presidente.

En esta línea, el mandatario instó a «la comunidad internacional a continuar buscando nuevas alternativas multilaterales que faciliten la reestructuración ordenada de las deudas y asegurar la mayor disponibilidad de recursos para la aplicación de políticas públicas para enfrentar la pandemia y sostener el crecimiento inclusivo».

«Ningún país puede pagar su deuda a costa de que su pueblo quede sin salud, sin educación, sin seguridad o sin capacidad de crecer«, sentenció.

Por otra parte, el Jefe de Estado hizo hincapié en el hecho de que «la crisis global provocada por el COVID-19 también ha puesto de manifiesto la grave desigualdad de género» y sobre el compromiso del Gobierno con los derechos humanos.

Además, el presidente afirmó: «No quisiera dejar de ratificar que la Argentina condena al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y privilegia su tratamiento en el marco de los foros multilaterales. Siempre en el marco del imperio del estado de derecho y el respeto a los derechos humanos».

«A 26 años del atentado a la sede de la AMIA quiero continuar la política iniciada en este ámbito en 2003 y continuada posteriormente, y requerir a las autoridades de la República Islámica de Irán que cooperen con las autoridades judiciales argentinas para avanzar en la investigación de dicho atentado», agregó en este sentido a la vez que renovó el pedido del Gobierno argentino para que se cumplimenten «las solicitudes contenidas en las cédulas rojas de Interpol ante la eventual presencia de un imputado en sus territorios, algo que Argentina jamás dejó de reclamar».

Finalmente, Fernández reafirmó los legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, «los cuales forman parte integrante del territorio nacional argentino. Y que se encuentran ocupados ilegalmente por el Reino Unido desde hace ya más de 187 años».

«Este año se cumplirán 55 años de la resolución 2065, la primera adoptada por esta Organización relativa a la Cuestión de las Islas Malvinas que solicitó a la Argentina y al Reino Unido mantener negociaciones que permitiesen alcanzar una solución pacífica y definitiva a esta disputa de soberanía», recordó a la vez que reprochó que «el Reino Unido persiste en su actitud de desoír el llamado a reanudar las negociaciones respecto de la disputa territorial y ha agravado la controversia por los llamados a la explotación ilegal y unilateral de los recursos naturales renovables y no renovables en el área».

Y continuó: «También insiste con la injustificada y desmedida presencia militar en las Islas, que no hace más que traer tensión a una región caracterizada por ser una zona de paz y cooperación internacional».

«La pandemia del coronavirus se ha llevado la vida de más de 1 millón de personas, y está dejando dolorosas secuelas que se manifiestan en mayor pobreza, hambre, y desigualdad, poniéndonos de nuevo a prueba. Espero que la solidaridad, el diálogo y la cooperación entre naciones, como alguna vez supimos hacerlo, sigan siendo el camino para enfrentar los desafíos que tenemos como humanidad», concluyó Fernández.