Nuevo capítulo en el escándalo de la lotería
En los pasillos opositores de la unicameral ya se refieren al “caso de las esposas”
Legisladores de la oposición dieron a conocer los datos acerca del proceso licitatorio de la Lotería de Córdoba vinculada a la explotación de juegos de azar en la provincia que promete convertirse en el escándalo del verano de la administración del gobernador Martín Llaryora.
En las oficinas de los legisladores de boina blanca, aseguraron que la licitación de la concesión del manejo de los slots habría nacido de la mano de operadores muy cercanos al gobernador y ponen como ejemplo un dato hasta ahora desconocido: uno de los directores que acompaña a David Urreta en la gestión de la Lotería de Córdoba es Lorena Liliana Nicola, esposa de Pablo Bario, un hombre de estrecha confianza del gobernador Martín Llaryora.
Los viajeros
Los legisladores opositores publicaron quiénes fueron los privilegiados con el viaje a la llamada “Provincia del Malbec”: sede de un grupo empresario muy interesado en la licitación cordobesa. Los directivos que tomaron el vuelo de Aerolineas Argentinas y estarían detras de la licitación son David Urreta, director de la Lotería de Córdoba, junto su esposa Gisela Veritier, que además está a cargo de controlar el proceso licitatorio. También viajaron Néstor Gómez y su esposa, Fabián Maidana junto a su mujer y Lorena Nicola, directora de la Lotería junto a su esposo también, Pablo Bario.
¿Quién es Pablo Bario?
No ocupa ningún Ministerio o Secretaría del Poder Ejecutivo Provincial y, sin embargo, en los pasillos de la política cordobesa se lo conoce como uno de los operadores de mayor confianza del gobernador cordobés.
El 15 de diciembre de 2019, el periodista Juan Manuel González publicó en el diario La Voz una nota titulada “Cómo será la mesa chica de LLaryora”, y allí describió a Bario como el abogado de mayor confianza del, en ese entonces, intendente Martín Llaryora y uno de los tres integrantes de la mesa más chica en la que el nuevo titular del Palacio 6 de Julio suele hablar sin tapujos. Aunque se sabe que ocupó cargos durante la primera gestión de su amigo en San Francisco y luego cargos en el Gobierno de Córdoba –fue subsecretario de Inclusión Estudiantil y director de Asecor–, su rol siempre fue el de “operador y consejero”.
Yanina Passero en letra P escribió “Llaryora hace tiempo que le viene pidiendo a Ignacio García Aresca que expanda los servicios prestados y complemente los servicios de su monje negro, Pablo Bario”. La nota concluye con una curiosa definición: “Bario, hoy en boca de buena parte de la crema de la dirigencia cordobesa, será el gran titiritero de Llaryora, como siempre.”
¿Casualidades?
Para los legisladores opositores, la esposa de Bario en el directorio de la Lotería no es casualidad, como así tampoco lo es que la esposa de Urreta, Gisela Veritier, sea la auditora del proceso licitatorio que hoy ocupa la agenda opositora de manera excluyente.
