Se trata de Carlos Ángel “Charly” Díaz, quien apuntó contra la junta médica a quienes responsabilizó por “ignorancia absoluta” sobre adicciones y la Ley de Salud Mental. Además, cargó contra la familia del exfutbolista.

El psicólogo de Diego Maradona declaró ayer y negó haber sido parte de un plan criminal a la vez que responsabilizó al equipo médico tratante por la muerte del exfutbolista al cual acusó de tener una “ignorancia absoluta” sobre adicciones y sobre la Ley de Salud Mental.

Se trata de Carlos Ángel “Charly” Díaz, quien declaró durante más de ocho horas antes los fiscales, remarcó que “bajo ningún punto de vista formé parte de ningún plan delictivo para matar a Maradona. Desde ese momento, todo ha sido caótico en mi vida. Entiendo que el fallecimiento de Maradona me desprestigia día a día”.

“Me duele profundamente que alguien pueda creer que existió un plan para matar a una persona. Claramente no tuve ningún tipo de rédito con la muerte de Maradona”, insistió el acusado, quien está imputado por “homicidio simple con dolo eventual”.

El psicólogo aseguró que “sin dudas que desde mi lugar de psicólogo, especialista en adicciones, se logró el consumo cero”.

En este sentido, destacó que el exfutbolista “en el pasado tomaba 40 latas de cervezas ‘Corona’ por día” y que en el mes de tratamiento que tuvo con él, solo un día manifestó tener deseo de consumir alcohol y no lo hizo.

“Más allá de la tristeza enorme por el fallecimiento de Maradona quiero destacar que luego de décadas de sufrimiento y esclavitud con los consumos, él pudo finalizar su vida libre de todo tóxico y comprendiendo que otra manera de vivir era posible”, comentó.

“Maradona estaba limpio de todo consumo”, dijo Díaz, quien además lamentó la imagen que dejó Diego el día de su cumpleaños en la cancha de Gimnasia y afirmó que “ese no fue el final”.

“Maradona era consciente que tenía que realizar un cambio. La mayoría de los adictos recae al poco tiempo de salir externados y la evidencia científica indica que la recuperación se da en la comunidad”, explicó el licenciado y agregó que esto lo planteaba “contrariamente a lo que dice la junta médica que manifestó que un adicto alcohólico debe internarse en un centro de rehabilitación”.

“Me duele profundamente que alguien pueda creer que existió un plan para matar a una persona. Claramente no tuve ningún tipo de rédito con la muerte de Maradona”, remarcó Díaz.

El psicólogo cuestionó a la junta por haber planteado que Maradona “tenía una adicción a larga data de marihuana, algo que indudablemente leyeron en chat o en la televisión, porque no consta en ninguna historia clínica, o mismo haber dicho que el paciente en la última etapa de su vida, carecía de ética y tenía manifestaciones violentas”.

“Indudablemente, desconocen la historia de Maradona, que siempre fue la misma persona, un individuo con trastorno por uso de sustancia, y trastorno de personalidad concomitante, señaló.

“Muchos profesionales de la salud estigmatizan y rechazan a los adictos, y consideran que la única vía posible es la internación. Eso habla no solo de una ignorancia absoluta en relación a estas problemáticas, sino también a una desestimación de las leyes vigentes, que plantean que la internación de un paciente debe ser el último recurso”, opinó Díaz.

“Indudablemente, los miembros de la junta médica, no tienen ningún tipo de conocimiento en esta problemática, y plantean, entre otras barbaridades, que un paciente con un trastorno de personalidad debe ser internado”, insistió.

Al respecto, dijo que “la Ley 26.657 (de Salud Mental), prevé que la única manera de internar por vía judicial, es si existe un riesgo cierto e inminente, para sí o para terceros, cosa que nunca ocurrió en mi corta experiencia temporal con Maradona”.

Por otra parte, el psicólogo recordó que “la familia de Maradona rechazó la posibilidad de un pedido de internación compulsiva” y que “hubo un consenso total y absoluto para llevar adelante una internación domiciliaria” en la casa de Tigre donde falleció el 25 de noviembre pasado.

En este sentido, dijo que “había una fragmentación marcada entre los diferentes miembros” de la familia y que “gran parte del malestar anímico de Maradona se debía a las disputas familiares”.