Fue durante un operativo contra un campamento de la organización guerrillera Ejército Paraguayo del Pueblo.  La madre de una de las víctimas denunció que «el Gobierno de Paraguay está haciendo una campaña sucia para cubrir la ejecución de las dos niñas».

La madre de una de las niñas argentinas asesinadas por militares paraguayos durante un operativo contra un campamento del Ejército Paraguayo del Pueblo (EPPI) denunció que las víctimas, identificadas como Lilian María, y María Carmen, ambas de 11 años, fueron «capturadas, torturadas y ejecutadas».

Miriam Villalba, madre de Lilian María, acusó que «el Gobierno de Paraguay está haciendo una campaña sucia para cubrir la ejecución de las dos niñas».

«Estamos convencidos que fueron capturadas, torturadas y ejecutadas», sostuvo la mujer en declaraciones al sitio Misionesonline.

Respecto a la presencia de las niñas en Paraguay, la mujer explicó que las menores – nacidas en Clorinda, Formosa, y con residencia en Puerto Rico, Misiones- viajaron al país vecino para visitar a parientes pero no pudieron regresar debido a las restricciones sanitarias por la pandemia de coronavirus.

En tanto, Genoveva Oviedo Brítez, hermana de Alcides Oviedo, líder del EPP, explicó que las nenas nacieron en Argentina y son hijas de Magna Meza y Liliana Villalba, y ambas de Osvaldo Villalba, todos ellos líderes de la organización guerrillera.

«Fueron criadas como hermanas en la Argentina, con su abuela en Misiones, Argentina. Son nenas bien educadas, buenas estudiantes, jamás tuvieron nada que ver con la guerrilla, no saben andar en el monte; nosotros, toda la familia, las criamos con mucho amor dada la situación de sus padres, ellas vivían en Argentina con su abuela”, dijo Oviedo al diario argentino El Territorio.

El hecho ocurrió el miércoles 2 de septiembre cuando las Fuerzas de Tarea Conjunta (FTC) atacaron un campamento del Ejército Paraguayo del Pueblo (EPPI) y las dos niñas fueron acribilladas.

En un principio, el comandante de las FTC, Héctor Grau, informó que las víctimas eran dos adolescentes de 15 y 17 años que participaban de la guerrilla y acusó que la Argentina se había convertido en una “guardería de soldados del Ejército del Pueblo Paraguayo”.

Por su parte, la Cancillería argentina identificó a las dos niñas fallecidas como ciudadanas nacidas el 29 de octubre de 2008 y el 5 de febrero de 2009, ambas de 11 de años.

«Se mantienen contactos con las autoridades paraguayas a efectos de esclarecer las circunstancias en que se produjeron los decesos (…) se considera incorrecto hacer apreciaciones prematuras», explicó el Palacio de San Martín.

Asimismo, la cartera dirigida por Felipe Solá remarcó que «no es posible aceptar que no hayan advertido, quienes fueron testigos de los hechos acontecidos, la escasa edad de las niñas».

«El Gobierno argentino ya ha protestado formalmente ante las autoridades paraguayas por esta absurda acusación y confiamos contar con la colaboración del gobierno paraguayo para esclarecer los hechos e identificar responsabilidades», agregó el comunicado.

En la misma línea, la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy) denunció que el episodio presenta características de un crimen de Estado. “Además de lo criminal del operativo, resulta inexplicable el apresuramiento por sepultar los cuerpos antes de que sean identificados y entregados a sus familiares. Pareciera existir premura por intentar borrar evidencias del terrible suceso”, denuncia el comunicado.