Lo dispuso el fiscal Mana, quien imputó a los agentes por «homicidio calificado agravado» y confirmó que «no hubo intercambio de disparos».
El fiscal José Mana ordenó ayer la detención de dos policías por el asesinato de Valentino Blas Correas, el joven de 17 años que, en la madrugada de ayer, recibió un disparo por la espalda mientras se trasladaba en un vehículo junto a otros amigos en el centro de la ciudad de Córdoba.
En declaraciones radiales, el secretario de la Fiscalía, Gabriel Prunotto, afirmó que ambos uniformados fueron imputados por «homicidio calificado agravado» y confirmó que «no hubo intercambio de disparos», como habrían declarado los agentes en primera instancia.
Según las primeras versiones, el episodio comenzó cuando Correas regresaba en auto con un grupo de amigos de un bar y habrían sido interceptados por una moto con dos individuos que les golpearon el vidrio por lo que el conductor del vehículo aceleró. Cuadras más adelante se topan con un control policial, ubicado a la altura de Plaza de las Américas, pero los chicos no frenaron.
En ese contexto, Prunotto explicó que “el personal policial habría efectuado cuatro o cinco disparos y uno dio en la espalda de uno de los ocupantes”.
Por su parte, la madre de la víctima aseguró que su hijo fue acribillado. “A mi hijo lo acribillaron. En dos horas limpiaron toda la zona», reprochó Soledad.
«Solo fueron a un bar. No hicieron nada. Se asustaron y se fueron. Lo garantizo porque sé a quién crié. No quiero más muertos en mi familia. Somos una familia de bien. No voy a permitir que lo ensucien. Me voy a encargar hasta el último día de mi vida», dijo la mujer en diálogo con el Noticiero Doce.
En tanto, e l abogado de la familia, Alejandro Pérez Moreno, afirmó que “lo sucedido es más grave de lo que se piensa”. “No existió ningún tipo de motivo o de justificativo para que la policía haya actuado así. Era un chico que tenía toda su vida por delante, no tenía antecedentes, que salió a divertirse de acuerdo a lo autorizado de acuerdo a las disposiciones por el Covid, y recibió un disparo de arma de fuego, por la espalda”, manifestó el letrado.
Por otra parte, Pérez Moreno aclaró que el crimen de Blas ”no es un caso de gatillo fácil. Un caso de gatillo fácil es cuando un policía en ejercicio de sus atribuciones tiene que intervenir ya sea porque se está cometiendo un acto delictivo o se está previniendo otro. Ahí es cuando se repele ese acto mal utilizando y abusando del uso del arma de fuego. En este caso, evidentemente, no hubo ningún motivo objetivo que diera a pensar que tenía que intervenir la Policía; y mucho menos para extraer el arma, disparar y matar”.