El CONICET, la UNAJ y el Hospital El Cruce, anunciaron la creación de una Empresa nacional de Base Tecnológica dedicada a la industria del cannabis.
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) y el Hospital El Cruce Dr. Néstor Kirchner anunciaron la creación de la Empresa de Base Tecnológica (EBT) Cannabis CONICET.
Esta nueva empresa nacional permitirá la integración del conocimiento y del desarrollo tecnológico asociado al cannabis medicinal, al cáñamo industrial y sus derivados, fortaleciendo con ventajas competitivas para el desarrollo soberano de la temática y su competencia, en el mercado regional e internacional.
Esta nueva empresa de innovación tecnológica ofrece los siguientes servicios: Capacitación de recursos humanos especializados, como la Diplomatura Superior de Cannabis, la Diplomatura de Cannabis y sus usos medicinales y Capacitaciones organizadas a demanda; Control de calidad estandarizado; Estudios observacionales del uso terapéutico del Cannabis Medicinal, para contar con la evidencia sobre la eficacia, efectos adversos, dosis, y otros aspectos que involucran el uso del cannabis en salud. el desarrollo de Semillas CONICET y registro de nuevos cultivares; y Semillas CONICET, desarrollo y registro de nuevos cultivares.
En la ocasión, la presidenta del CONICET Ana Franchi celebró el lanzamiento y destacó el trabajo conjunto. “Nos unimos en esta empresa con una universidad pública, joven y creciente, que lleva el nombre de Arturo Jauretche y un hospital público que lleva el nombre de un presidente que cambió la historia de la ciencia y la tecnología en Argentina, Néstor Kirchner. Esto nos compromete a tener un Estado que garantice, no que reprima el uso del cannabis, e intervenga en la salud pública y en esta línea, también a la producción”, detalló.
“Esto no inició hoy, desde CONICET, Universidad y Hospital, sino que principalmente con las mujeres que querían usar el cannabis medicinal con sus familias y el Estado las perseguía, pero se organizaron y siguieron adelante”, sostuvo. Y agregó: “En el CONICET hemos estado trabajando desde la Red de Cannabis Medicinal RACME con un impacto positivo, donde aprendimos entre todos y todas, pudimos avanzar junto a otras instituciones, organizaciones, legisladores y legisladoras, teniendo vigente la reciente ley N° 27.669 que establece el marco regulatorio para el Desarrollo de la Industria del Cannabis Medicinal y el Cáñamo Industrial la cual aborda y contempla la investigación y desarrollo de sus usos. Ahora en esta oportunidad presentamos una empresa de base tecnológica que va permitir asegurar la calidad, el uso seguro del cannabis medicinal, su acceso, fortalecer la cadena productiva, y algo más allá de esto y muy satisfactorio, es poder contar con las semillas propias, es un tema de soberanía científica”.
Aseguró Franchi que este proyecto busca la formación académica y productiva de cultivadores y la formación en conocimiento de los propios usuarios y usuarias. En este sentido, el CONICET aporta positivamente a la calidad de vida de la sociedad: “Para nosotros y nosotras es importantísimo, porque el Estado está interviniendo en la salud pública, en el control de calidad para el bienestar de las y los usuarios, impulsando el avance en los estudios clínicos del cannabis medicinal y el desarrollo del cáñamo industrial, que nos va a permitir tener más fuentes de trabajo, remediar suelos y un desarrollo productivo muy importante”, concluyó, y agradeció a las contrapartes, organizaciones y toda la comunidad científica por el arduo trabajo y compromiso.
Por su parte, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus subrayó “la importancia de que el Estado apoye este tipo de iniciativas, para que democráticamente se pueda acceder al derecho de la salud. El mercado no resuelve este tipo de cuestiones sino el Estado a través de todos los organismos involucrados” y continuó “tiene que ver con una lucha de la sociedad civil y de las organizaciones. No hay posibilidad de crecimiento sin soberanía y hoy se constituye en base al desarrollo científico tecnológico. No hay ningún país con desarrollo pujante que no haya apostado a la ciencia y la tecnología. No hay otra forma de construir un país más soberano. Los que monopolizaron el conocimiento en la pandemia también lo hicieron con la vida y la muerte de la humanidad. Nuestra comunidad científica respondió a la demanda. Por eso, una ley de financiamiento como la que tenemos y un debate respecto al Plan 2030 que nos permita tener un horizonte de país a futuro que genere las condiciones para que sea un país productivo aportando calidad de trabajo y de investigación y su transferencia. Todo esto está resumido en la empresa que se está creando y si no fuera por el Estado no se podría cumplir” y pronunció que “el debate hay que darlo ahora. Este tipo de iniciativas, facilitan el acceso a la tecnología de las pymes. Es necesario fortalecer un Estado que genere las condiciones, es importante invertir en investigación, en educación. Estamos orgullosos de dar este paso” y destacó la labor y compromiso de Kochen.