Sin mencionar a Evo Morales, el flamante mandatario denunció que a partir del golpe del año pasado su país «fue escenario de una guerra interna y sistemática contra el pueblo, especialmente contra los más humildes».
El flamante presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, juró ayer ante la Asamblea Legislativa Plurinacional bajo la promesa de que su Gobierno «buscará reconstruir nuestra patria en unidad para vivir en paz».
«Iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un Gobierno que sea para todos y todas sin discriminación de ninguna naturaleza. Nuestro Gobierno buscará reconstruir nuestra patria en unidad para vivir en paz», remarcó.
Asimismo, prometió que «gobernaremos con responsabilidad e inclusión afrontando los cambios para que Bolivia vuelva a la senda de la estabilidad en el menor tiempo. Venceremos a la pandemia y triunfaremos sobre la crisis porque somos un pueblo luchador».
Durante la ceremonia, Arce juró «por los próceres de la independencia, por nuestra Madre Tierra, por los dioses de nuestros ancestros, por nuestras hermanas y hermanos que dieron la vida por la democracia y por la igualdad entre todos los seres, desempeñar las altas funciones como presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, en estricto cumplimiento de la Constitución Política del Estado y las leyes del Estado Plurinacional de Bolivia».
En otro tramo de su alocución, el presidente se refirió al golpe de estado perpetrado en noviembre del año pasado contra el líder del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, – a quien no mencionó- y cuestionó a la expresidenta de facto, Jeanine Añez, a quien responsabilizó de haber promovido la persecución política y provocado la crisis económica.
«Vamos a recuperar los niveles de crecimiento que el Gobierno de facto hizo añicos y lo haremos reduciendo la pobreza y las desigualdades económico y sociales», anticipó Arce a la vez que explicó que repondrá el modelo económico implantado durante los 14 años de Morales, período el cual se desempeñó como ministro de Economía.
Asistieron a la ceremonia el rey de Espala, Felipe VI, junto al vicepresidente de su país, Pablo Iglesias; y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Paraguay, Mario Abdo Benítez, y Colombia, Iván Duque, entre otras delegaciones internacionales.