El equipo de Scaloni igualó 3-3 en los 120 minutos, y derrotó a Francia en los penales por 4 – 2.
La Selección Argentina se consagró ayer Campeón del Mundo de la mano de Lionel Scaloni como entrenador, de Lionel Messi como capitán, y con un equipo que dejó todo hasta el final.
Luego de igualar 3-3 en el estadio Lusail, el plantel argentino derrotó a Francia en los penales final por 4 – 2 y se quedó con la copa más deseada por todo el planeta.
En el primer tiempo, Argentina manejó los hilos del partido, siempre sobre campo francés, y tuvo varias situaciones de gol que no llegaron a concretarse.
La Albiceleste siguió manejando el ritmo del juego y, pasados los primeros 20 minutos, Dembelé cometió una infracción dentro del área contra Ángel Di María y Lionel Messi cambió penal por gol para romper cero.
El segundo golpe llegó con una contra letal. Argentina salió con una transición rápida a puro toque: de Molina para Messi, Leo abrió hacia la derecha para Álvarez, Julián hizo lo propio para Alexis Mac Allister, quien asistió a Di María, que no dudó y definió ante la salida del arquero para el 2-0.
La segunda parte comenzó con la misma tendencia de la primera. El equipo de Scaloni siguió manejando la posesión de la pelota, buscando espacios a puro toque y rompiendo líneas con la precisión de sus creadores de juego. Rodrigo De Paul fue quien tuvo la primera aproximación del complemento, con una volea bien controlada por Lloris.
Julián Álvarez también recibió en inmediaciones del área y disparó contra el palo derecho del arquero, que controló en dos tiempos.
A los 70 minutos de juego, Francia tuvo su primera aproximación con una jugada individual de Mbappé, que culminó con un remate que se perdió por arriba del travesaño.
A falta de poco más de 10 minutos para el final, Kolo Muani se metió adentro del área, Nicolás Otamendi lo tomó del hombro y Mbappé ejecutó correctamente el penal marcado por el árbitro: Emiliano Martínez llegó a tocar la pelota, pero no pudo evitar que se meta contra su palo derecho.
Otra vez fue Kylian Mbappé quien logró vencer al arquero argentino y, con un certero remate de volea, puso el 2-2 parcial, y así obligó a que el partido se extendiera al tiempo suplementario.
La primera parte del alargue fue muy pareja. Lautaro Martínez tuvo dos chances peligrosas frente al arco, pero la última línea francesa le ahogó el grito de gol.
Argentina peleó hasta el final y, luego de un rebote de Lloris tras un remate de Lautaro Martínez, fue Messi quien la empujó debajo del arco para poner las cosas 3-2.
Luego de un remate al borde del área, la pelota dio en el brazo de Montiel y el árbitro sancionó el tercer penal de la final: Mbappé volvió a poner las cosas como al principio para llevar el título a la definición por penales. Pero antes, el Dibu Martínez tuvo una atajada de antología para darle vida al equipo.
En esa situación, la historia debió definirse desde los doce pasos: el mismo Mbappé fue quien abrió la tanda de penales, tiro que a nada estuvo de contener el arquero argentino.
Lionel Messi puso en igualdad el marcador y, en la siguiente ejecución, Dibu Martínez se volvió a convertir en héroe tras atajar el segundo penal de Francia: la historia se ponía en ventaja para Argentina, una vez más.
Paulo Dybala se encargó de mantener el marcador a favor de la Albiceleste con un remate al medio y, a continuación, Tchouaméni remató fuera del arco. Con el tanto de Leandro Paredes, Argentina selló su diferencia por dos tantos.
Si el francés Kolo Muani malograba su penal, Argentina era campeón. Pero al convertir, fue Gonzalo Montiel quien dispuso del grito sagrado y definitivo, que se materializaría en la tercera estrella mundial.