El presidente dijo que «los padres San Agustín y Santo Tomás decían que mientras el alma no entrara al cuerpo» se podía abortar. Además, cuestionó que «los ricos lo hacen en sanatorios privados y los pobres no puede hacerlo en ningún lado».
Mientras la Cámara de Diputados debatía el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, el presidente Alberto Fernández afirmó que él es «un católico que cree que el aborto no es un pecado».
En el marco de una entrevista concedida al canal C5N, el mandatario explicó que «soy un católico que cree que el aborto no es un pecado».
En este sentido, aseguró que «los padres San Agustín y Santo Tomás decían que mientras el alma no entrara al cuerpo» se podía abortar.
«Cuando el alma entraba al cuerpo (ya no), que es cuando el feto empezaba a dar patadas, que es cuando empezaba a desarrollarse neuronalmente», explicó.
Finalmente, Fernández destacó que el proyecto de despenalización del aborto busca «resolver un problema social que tiene que ver con la salud pública».
«Los ricos lo hacen en sanatorios privados y los pobres no puede hacerlo en ningún lado», concluyó.