El presidente dijo que «la única preocupación que tiene el FMI es el déficit fiscal, que es la misma que tengo yo», y explicó que el mismo «creció por la inversión adicional para superar la pandemia». Defendió la nueva fórmula previsional y ratificó que la vacuna estará en enero.
El presidente Alberto Fernández confió ayer en alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya que «la única preocupación que tiene el FMI es el déficit fiscal, que es la misma que tengo yo», a la vez que defendió la nueva fórmula previsional y ratificó que la vacuna contra el Covid-19 se empezará a aplicar entre enero y febrero próximo.
En el marco de una entrevista con la señal NET TV, el mandatario aseguró que «un acuerdo definitivo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) despertará la confianza» a través de «un programa de objetivos» y «una mejor redistribución del ingreso».
En este sentido, explicó que «hay que reducir el déficit público» porque «no es bueno en ninguna circunstancia», y consideró que «la reducción del déficit va a ayudar a que la inflación vaya cediendo».
Fernández explicó que para eso hay dos posibilidades: «Una es achicar la economía, que genera pobreza y reduce la actividad económica; y la otra es crecer, como hicimos en 2003 con Néstor (Kirchner), sin los programas del Fondo, que ya sabemos cómo terminan».
Por ello, el Jefe de Estado confió en alcanzar un «acuerdo definitivo» con el FMI que «despertará la confianza» a través de «un programa de objetivos» y «una mejor redistribución del ingreso».
«La única preocupación que tiene el FMI es el déficit fiscal, que es la misma que tengo yo», remarcó.
Al ser consultado sobre la suba de precios, el presidente reprochó que en el sector de la construcción hubo situaciones «especulativas de algunos corralones» y advirtió que la Secretaría de Comercio está trabajando al respecto porque «nadie puede especular con esto».
«No lo voy a permitir», sentenció a la vez que reiteró que no tolerará «la especulación en pandemia con gente que está sufriendo y con gente por debajo de la línea de la pobreza».
El mandatario expresó que «una de las cosas buenas que nos dejó la pandemia es que nos permitió determinar la realidad de cada argentino. Nos pasó un tsunami, y no quiero que unos pícaros le ganen a la mayoría de los argentinos«.
En ese sentido, Fernández reconoció que «los grandes perdedores» fueron los cuentapropistas, los empleados y las pymes, que «recién ahora ven una recuperación».
Por otra parte, el presidente sostuvo que su Gobierno se comprometió a que «de enero a diciembre» el sector pasivo pueda «ganarle a la inflación».
«Le ganamos a la inflación con ese universo del 85% de los jubilados. Hay que recomponer de modo creciente el ingreso de los jubilados y garantizar que cada año que pasa estén un poquito mejor que la inflación», remarcó.
Respecto a las tarifas, anticipó que «se discutirán en marzo próximo» con un plan en el que «por primera vez serán selectivas».
«Hay que cambiar la lógica», dijo el Jefe de Estado y recordó: «Hasta que llegamos, las tarifas estaban dolarizadas, y eso no lo vamos a repetir».
Sobre el precio de los alimentos, indicó que hubo un «nivel de congelamiento durante muchos meses y en el último mes el descongelamiento fue precipitado», por lo que se debe actuar con «mucho cuidado» porque eso «afecta a los sectores que gastan exclusivamente en comida».
Por otra parte, el jefe de Estado defendió la gestión de la pandemia y remarcó que «si no hubiéramos hecho lo que hicimos, la infección hubiera circulado a mayor velocidad y la cantidad de muertos hubiera sido infinitamente mayor«.
Fernández destacó que «el sistema de salud pudo dar respuesta a cada uno que demandó atención sanitaria» y que esos objetivos se consiguieron a través de un «enorme esfuerzo de gobernadores e intendentes, sin distinción política, porque fuimos capaces de estar todos juntos para resolver un problema que nos atacaba a todos».
Finalmente, el mandatario se refirió a las vacunas contra el Covid-19, y explicó que el Estrado argentino tenía acordado con el laboratorio Pfizer y la Federación Rusa recibir las dosis en diciembre, aunque el primero «se demoró».
«Teníamos para vacunar a 750 mil personas. Empezamos a hablar con Rusia, que nos ofreció 10 millones de dosis en diciembre y 15 millones más en enero, pero advertimos que no hay tiempo material, no tenemos infraestructura», detalló.
Al respecto, Fernández calculó que el Estado nacional estará en condiciones de «vacunar 5 millones de personas», en las cuentas más «racionales», mientras las proyecciones más optimistas apuntan a «7 millones».
«Estamos tratando de cerrar el contrato para tener la vacuna rusa en diciembre y empezar a vacunar en enero y febrero, y en marzo seguramente tendremos la de AstraZeneca y ya podremos seguir con esa», concluyó.